Salió de casa y tras de si dejó sus miedos, y con el frío que sintió lloró de nuevo, ya ves. Al caminar se tropezó con mi desvelo, y allí la tuve que abrazar bajo mi cielo, ya ves, a dónde quiere ir si no la quieren ver. No me dio tiempo a discernir, si fue la compasión, o fue mi porvenir. Y ahora lo único que se es que aquel día fue para lo que nací, y soñé. La vi cerrar los ojos y, a toda prisa, bajo corriendo un lagrimón de pura risa, ya ves. Me habló de la sinceridad de abrir las venas, de cuando me ponga escribir valga la pena, ya ves. A donde quiere ir si no la quieren ver, ya ves. Se a donde quiere ir y yo la quiero ver. Luego peleamos sin pelear, ganamos sin ganar, perdimos sin perder. Y ahora me queda la verdad de que yo ya no soy, si ella no quiere ser, ni volver. No tuve tiempo a discernir, si fue la compasión, o fue mi porvenir. Y ahora lo único que se es que aquel día fue para lo que nací. Luego peleamos sin pelear, ganamos sin ganar, perdimos sin perder. Y hoy la arrimo. Y hoy se queda.